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El tratamiento a largo plazo con Revlimid-claritromicina-dexametasona es eficaz y seguro en pacientes con mieloma de diagnóstico reciente

Sin Comentarios Por ; Traducido por Alicia Sáenz de Cabezón
Publicado: Feb 15, 2013
El tratamiento a largo plazo con Revlimid-claritromicina-dexametasona es eficaz y seguro en pacientes con mieloma de diagnóstico reciente

Los resultados de un estudio retrospectivo reciente muestran que el tratamiento con la combinación de Revlimid, claritromicina (Biaxin) y dexametasona – conocido con el acrónimo “BiRd”- es eficaz y seguro en pacientes con nuevo diagnóstico de mieloma.

Además, el estudio no encontró una asociación significativa entre el tratamiento de larga duración con Revlimid (lenalidomida) y un riesgo incrementado de desarrollar otros cánceres.

“Esperábamos estos resultados. Teníamos esa sensación después de controlar a pacientes que habían estado tratados con lenalidomida (Revlimid) durante mucho tiempo y que no habían recibido ningún fármaco genotóxico, porque en ellos no había una tasa incrementada de cáncer primario asociado”, dijo el Dr. Ruben Niesvizky del Weill Cornell Medical College y uno de los autores del estudio.

El Dr. Niesvizky añadió que la aparición de cánceres asociados podría estar relacionada con el uso consecutivo o concurrente de Revlimid con quimioterapia con melfalán (Alkeran) o doxorubicina (Adriamycin), más que a la mera exposición al Revlimid durante un tiempo prolongado.

En este estudio, ninguno de los pacientes que recibieron melfalán a dosis altas seguido de trasplante tomó Revlimid como terapia de mantenimiento posterior.

Los autores del estudio destacaron que éste tiene algunas limitaciones, incluyendo su carácter retrospectivo y el número relativamente pequeño de pacientes reclutados. También opinan que todavía son necesarios más estudios sobre la relación entre la terapia con Revlimid a largo plazo, el tratamiento con agentes alquilantes como melfalán y el desarrollo de cánceres asociados.

El Revlimid ha probado su eficacia tanto en pacientes con mieloma sin tratamiento previo como en las recaídas o en casos resistentes a tratamiento. Se ha visto que la asociación de claritromicina (Biaxin) –un antibiótico usado para tratar infecciones bacterianas- al Revlimid, mejora la tasa de respuesta y los plazos de supervivencia. La claritromicina también muestra resultados prometedores cuando se combina con Pomalyst (pomalidomida) y dexametasona (Decadron) en pacientes con mieloma refractario o con recaída. (ver la noticia relacionada en el Beacon, en inglés)

Sin embargo, algunos estudios que analizan la terapia con Revlimid a largo plazo han mostrado preocupación por la posibilidad de una relación entre el uso de Revlimid por tiempo prolongado, y una frecuencia incrementada de cáncer asociado (ver noticias relacionadas en el Beacon, en inglés)

En el artículo que se comenta aquí, los investigadores del Weill Cornell Medical College de New York querían averiguar las consecuencias del tratamiento a largo plazo con Revlimid en pacientes con mieloma sin tratamiento previo.

El ensayo de fase 2 que produjo los datos de este estudio reunió 72 pacientes con mieloma recién diagnosticado entre diciembre del 2004 y noviembre del 2006.

Los pacientes del estudio tomaron 25 mg de Revlimid los días 1 al 21, 500 mg de claritromicina dos veces al día, y 40 mg de dexametasona una vez cada semana en ciclos de 20 días de tratamiento. Los pacientes podían elegir entre recibir un trasplante autólogo de células madre después de conseguir una respuesta máxima en cuanto a la remisión, o continuar con la combinación de fármacos.

Los pacientes que optaron por el trasplante no recibieron terapia de mantenimiento después del trasplante.

Los resultados iniciales del estudio, publicados en 2008, mostraron que el 90 por ciento de los pacientes consiguieron una remisión parcial o superior, comparado con el 79 por ciento de los pacientes de un estudio similar, en donde sólo se administró Revlimid y dexametasona.

Después de un seguimiento medio de 6.6 años, el 14 por ciento de los pacientes todavía tomaba Revlimid; el 65 por ciento había recaído y cambió a un segundo régimen terapéutico.

Aproximadamente la mitad de los participantes en el estudio (46 por ciento) eligió el trasplante con células madre, seguido de observación solamente.

Los pacientes que optaron por el trasplante con células madre recibieron una media de 10 ciclos de Revlimid, claritromicina y dexametasona, comparado con 26 ciclos en los pacientes que tomaron de forma continua Revlimid, claritromicina y dexametasona sin trasplante.

La respuesta global aumentó a un 93 por ciento después de 6.6 años de seguimiento.

En el momento del análisis de los datos de este estudio, la media del tiempo de supervivencia sin avance de la enfermedad en los pacientes del ensayo era de 4.3 años, y la media de supervivencia global no había sido establecida. La tasa de supervivencia global a cinco años era del 75 por ciento.

El estudio también ponía de manifiesto que los pacientes que habían elegido el trasplante con células madre (sin terapia de mantenimiento posterior) no tenían mayor supervivencia que los pacientes que no recibieron trasplante y que continuaron con su tratamiento farmacológico.

De hecho, los pacientes que fueron trasplantados tenían una media de supervivencia de 47 meses frente a los 60 meses de los pacientes que optaron por continuar tratamiento con Revlimid, claritromicina y dexametasona.

La supervivencia a cinco años, sin embargo, fue del 75 por ciento para ambos grupos de pacientes.

Los investigadores encontraron 12 casos de cánceres secundarios (16.7 por ciento) entre los participantes del estudio. Los tipos de cáncer asociado fueron de piel (6), colon (2), próstata, páncreas, melanoma metastásico y un carcinoide de pulmón. No hubo cánceres secundarios de tipo hematológico, tales como síndrome mielodisplásico o leucemia mieloide aguda.

El tiempo medio que transcurrió hasta el diagnóstico de este segundo cáncer fue de 35 meses.

El desarrollo de cánceres secundarios no guardaba relación con anomalías cromosómicas, el número de ciclos con Revlimid, el trasplante con células madre ni el estadío de la enfermedad.

Por otro lado, los investigadores señalaron que la tasa de cánceres secundarios observada en este estudio (2.85 por ciento y por año) no mostraba diferencias significativas con la tasa esperada en población de la misma edad sin mieloma (2.1 por ciento y por año)

Para más información, consulte el resumen en la revista Blood (en inglés).

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